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El “jefear” se va a acabar

  • Isabel Aller
  • 23 abr 2021
  • 2 Min. de lectura

Podemos afirmar que ser “jefe” consiste en ordenar y mandar trabajo para, posteriormente, controlar que ese trabajo se ha efectuado. Según se haya realizado el trabajo, el jefe aplica castigos y premios a su equipo.


Pues bien, lo de “jefear” se ha acabado. Así de rotunda me muestro. Aquella organización que desee sobrevivir en el nuevo mundo que nos espera, (un mundo cambiante y poco predecible) ha de deshacerse, de desaprender en definitiva, de los hábitos que tienen “los jefes” para adquirir las competencias de los LIDERES DE VERDAD:


- El jefe controla, mientras que el líder confía.- El control implica miedo a que los resultados no sean los deseados y los preestablecidos. Pero, fijaos, lo contrario al miedo es la confianza. El control tiene sentido cuando queremos unos resultados previsibles y no nos fiamos de nuestro equipo. Sin embargo, estamos comprobando, hoy mejor que nunca, que el mundo no es previsible y que es cambiante, y por ello, hemos de fluir con él ya que no podemos atarlo. Es necesario confiar en el equipo, confiar en su buen hacer, confiar en sus aportaciones, en nuevas miradas, en diferentes formas de conseguir resultados ya que las antiguas fórmulas pueden no ser válidas para el nuevo paradigma.


- El jefe motiva a su equipo, mientras que el líder transforma a su equipo. El líder no se mueve sólo en el ámbito del hacer sino que lo trasciende para alcanzar el ámbito del ser, siendo capaz de extraer la mejor versión necesaria de cada miembro de su equipo según las circunstancias vayan requiriendo, ya que, una vez más afirmamos, el nuevo paradigma irá exigiendo diferentes capacidades, habilidades y competencias en cada momento.


- El jefe tiene un cargo que le viene dado por el organigrama, mientras que al líder, además, su autoridad se la ha otorgado, de manera natural y voluntaria, su equipo, que le sigue, le admira y le toma como referente, no porque tenga un título, sino porque ha demostrado que, como persona, mostrando su ser de manera auténtica, es merecedor de figurar como tal.


- El jefe da feedback una o dos veces al año señalando fortalezas y puntos de mejora basándose en hechos y, asignando, puntuaciones, premios o castigos de acuerdo a ese feedback, mientras que el líder regala feedback de manera continua, sin considerarlo una verdad absoluta, sino una percepción del líder que se apoya en hechos y siempre tratando el error como un aprendizaje y no como un fracaso.


- El jefe se comunica fundamentalmente, hablando, dando órdenes y sentenciando resultados, mientras que el líder se comunica fundamentalmente escuchando de modo profundo, estando presente de forma absoluta, tratando de no sesgarse con sus propios juicios, sino de percibir que está ocurriendo verdaderamente a su alrededor.

- El jefe dice que hay que hacer mientras que el líder dice para que hay que hacerlo, de tal modo que el equipo encuentre el propósito de sus acciones y consiguiendo que éste encuentre sentido a su trabajo y desee realmente realizar las tareas asignadas.


Y esta es mi preferida:


- El jefe tiene un equipo que está a su servicio mientras que el líder está al servicio del equipo, y en última instancia de la organización.


Os remito también al webinar que grabé hace un año sobre liderazgo en este link:




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