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No sé

  • Isabel Aller
  • 1 oct 2020
  • 1 Min. de lectura

Reconocer que no se sabe algo está estigmatizado en nuestro entorno profesional. Parece que tuviéramos que mantener una imagen de Don/Doña Perfecto/a y hacer ver que sabemos todo, que somos conocedores de cada detalle, de cada aspecto del trabajo. Reconocer que no sabemos algo pareciera que nos va a dejar en evidencia, que vamos a “quedar mal”.



En el caso de los líderes de los equipos, muchas veces este estigma está más acentuado incluso: se cree que éste ha de tener todas las respuestas a cualquier cuestión que se pueda plantear relacionada con el trabajo. Lo cual, por otro lado , es absolutamente imposible. Nadie puede ser conocedor de todo y cada uno de los pormenores en cada una de las situaciones a las que nos enfrenta el mundo laboral.



Sin embargo, decir “NO SÉ” es como una llave mágica que nos lleva a abrir las siguientes puertas:


  • Abrir una puerta al conocimiento, a aprender algo que desconocíamos y por lo tanto a posibilidades de la vida de las que no éramos conscientes hasta el momento.


  • Abrir una puerta a mostrarnos auténticos, vulnerables y en definitiva humanos. La autenticidad y la genuinidad son cualidades muy valoradas en los entornos laborales, además de la cercanía y la unión que genera esta vulnerabilidad entre las personas


  • Decir NO SÉ es una declaración, que como tal, genera realidades que antes no existían para quien realiza la declaración y para su entorno, es decir, que después de hacerse esta declaración, algo se transforma y el mundo ya no es como era hasta entonces.


Yo cada vez reconozco más que NO SÉ algo. ¿Y vosotros?








 
 
 

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